viernes, 8 de abril de 2016

Tú eras el día y la noche,
la luz y la sombra,
la lluvia de la primavera,
el sol del verano,
los maravillosos colores del otoño,
el misterio de todas las cosas,
la risa inesperada,
la mirada que hablaba de amor,
la caricia oportuna,
el beso que escalofría,
la piel tibia de la vida,
el instante en que la eternidad
se posó sobre mí,
la felicidad que rozó mi alma,
el fin de la tristeza,
el suspiro de las flores,
el río de alegría que cruzaba mis sueños,
el mar al que regresaba
cada tarde
para cubrirme de ilusiones.
Pero sobre todo
eras la única mujer
que yo quería hacer feliz,
la que quería ver al abrir los ojos,
que se cobijara de su tristeza
entre mis brazos,
que sin hablarme, yo
supiera todo de ella.
Yo te quería
porque contigo podía
ser débil y frágil
y todo mi ser se fundía
en el tuyo
para hacernos fuertes.
Tu eras perfecta
y me diste todo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario