Mis ojos,
mis
manos,
mi
boca,
mi
cuerpo entero
fueron
en otra vida
guardianes
de los secretos del mundo
que
habitaba una mujer
que
me miraba
y
hacía que la mudez
de
mi corazón cantará,
que
ese otro yo
que
me habitaba,
el
enamorado de los sueños,
despertará
a la vida.