Tras tantos años, sueños y realidades que he vivido, no echo de menos la monótona vida de los viajes de placer o de negocios, de las incertidumbres de cada día y muchas noches, de los trabajos tan diferentes que realicé, del dinero que abundó y escaseó según las épocas y tiempos, de la vana gloria del éxito laboral, de los fracasos que forman el largo camino de la experiencia, de las ciudades desandadas en tantos países, de los mares navegados y de subir y bajar montañas, de los sueños que movieron mi vida y de las mujeres que amé y me amaron.
No echo de menos todo ese mundo que era mi vida antes de que tú, la lectura y la escritura se robaran mi corazón, que viviera la verdadera aventura de ser el que soy.
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