ha
vestido de blanco
el
miércoles,
de
Siberia llegan vientos helados
que
se apoderan de la ciudad
Miércoles
para
volver a disfrutar
una
película de Erik Rohmer
y
pensar en la vecina francesa,
de
lecturas de prensa
y
de libros
que
se apilan
a
mi alrededor
y
que parece que nunca
terminaré
de leer
de
seguir investigando
sobre
la república de Weimar
con
sus premios nobel
su
bauhaus
sus
expresionistas
su
crisis política y económica
y
esa burbujeante
banalidad
de querer ser feliz
Miércoles
nevado
perfecto
para salir a caminar
y
contemplar
la
inmensa Rheinaue
con
sus colinas, lagos
y
jardines
Miércoles
plácido
como
es esta vida mía
sin
afanes
sin
búsquedas desesperadas
por
la atención de otros
o
del esquivo éxito
Miércoles
como yo
frío,
solitario y dubitativo
Miércoles
en
medio de la semana
con
sus veinticuatro horas
en
las que puede pasar
cualquier
cosa o quizá nada
Una
vez más dejo
que
el tiempo que me es dado
se
deshaga
sin
afanes por mi vida
pero en medio de la oscuridad
no
puedo evitar
como
cada miércoles
que
llegue la medianoche,
el
momento más triste del día,
y
despertar
a esa otra verdad:
a esa otra verdad:
que
ella sigue amando a otro.
Me encantó. Gracias por compartirlo, escribes muy bien. Amo la poesía y te sigo en Twitter. Saludos. #GatoCapitalista
ResponderEliminarMuchas gracias. Un abrazo.
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