La vida me perdonó todo:
la felicidad de no ser perfecto,
la dicha de nunca ser lo que no quise,
la algarabía de mi largo silencio,
el arrogante temor a los demás,
las travesuras que nunca soñé,
la derrota adolorida de mis éxitos,
el frío solitario de los cálidos días
y el calor enamorado de las frías noches.
La vida me perdonó todo, menos haberte amado.
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