No
todo
fueron naufragios
ni
soledad y tristeza.
También
hubo verano,
y de mis sueños
florecieron dulces realidades,
florecieron dulces realidades,
en
mis días hubo poesía,
y en mis noches hubo amor.
También
hubo tiempo
para
bailar de alegría,
para
no sufrir, para ser feliz.
Tiempo
interminable
para
correr con mi juventud
y
un montón de sueños
por
ciudades y playas
detrás
de la risa
y del
amor de ella
que
tanto me quiso.
No
todo
fueron naufragios,
porque ella existió.
Excelente poema, gracias por compartirlo. Saludos desde preludioalparaiso.blogspot.com
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